Lo
que creía.
Y
yo que creí que sabía
qué
era amar,
que
el calor que sentía
de
ti nacía,
que
el viento que me mecía
tú
lo impulsabas,
y
te creía prendida de mi voz
enamorada
Y
todo nacía de ti,
eso
creía.
Yo
era solo espejo
que
tu risa reflejaba
Como
si nada fuera,
como
si nada existiera
más
allá del corazón que latía
con
el pulso que tu piel
aceleraba.
Y
así era la pasión
fuerza
de mi vida,
razón
inesperada,
que
solo dependía
de
la luz de tu mirada.
Y
hubo nubes,
y
días de tormenta
y
hubo eclipses
y
los días fueron nada,
pues
el tiempo
es
amar lo que se vive,
y
yo estaba muerto.
Todo
tuvo que ser reconstruido
y
aprendí a caminar el duro suelo,
amputadas
de raíz aquellas alas
que
me llevaban liviano
por
el cielo
Y
ahora sin tu luz
vuelvo
a ser yo mismo,
el
alma a la vida convidada,
me
veo reflejado
en
los espejos
resisto
sin temores
mi
mirada.
Y
fue amor,
el
que llena la vida,
el
que cuando el tiempo
puso
en hora mi alma aletargada,
me
hizo buscarte,
hablarte
con palabras dulces, confiadas.
Y
de nuevo caminamos
la
via conocida,
y
eran nuevos los paisajes
nuevas
las palabras,
para
cosas ya vividas
y
aún amadas.
Ni
pasión,
ni
alma atormentada.
Amistad
que todo abarca,
que
todo lo resiste,
lo
dicen mis abrazos
está
en tu mirada.