Empezar es solo seguir lo que ya fluye, y de ese modo nada de lo que
hacemos es espontaneo. Pero esta forma de pensar solo es académica, un mínimalismo
de buen gusto. Un dadaísta podría
escribir una espiral, el lego que un niño deja desmontado, una colección de
sellos desparramada. Yo prefiero escribir el rumor de una cascada, el crepitar
de la espuma que la ola deja entre los senos de arena, el largo momento en que
la mente duerme en medio de una apnea. Caos hermoso, la repetición de lo mínimo
y bello es la belleza. Repetir un brillo, repetir un tono, un cromo, un
destello. La belleza es un fractal.
Hablo de ti, pero no es lineal lo que siento, ni lo que digo. Fuera de lo
convencional ¿qué somos? Nos gusta pensar que somos especiales, mejores,
naturales, pero si no hubiéramos vivido esas convenciones no sabríamos que hay
otro yo que con limitaciones, con disimulos y con normas también es amable,
también es digno de amor. Si solo expresando sentimientos, bellas palabras,
engalanados y abiertamente seductores fuéramos capaces de llegar a los demás
¿acaso eso sería más natural y deseable? Yo lo he hecho muchas veces y sentía más
las sensaciones de un cazador, de un felino que esconde la uña para no
delatarse, de un halcón que inmóvil en la brisa espera el momento de picar, que
las de un amante ¿no es más romántico, y hermoso descubrir en una silaba que se
alarga, en una letra icónica, en un profesional detalle inesperado la ternura
del otro?
La chispa del cariño es leve para el que solo espera flashes y
bengalas, pero es nítida y persiste en la memoria del holograma que somos, de
ese yo al que pocas veces dejamos que salga y nos cuente que en el mundo hay
sendas de blando suelo, que no son sendas del olvido pues bien marcados
nuestros pasos podrían desandarse sin perdernos , que hay luces que no están en
los 16 millones de colores de nuestros leds, y sonidos que aún nadie ha grabado… he caminado esas sendas muchas
veces, incluso solo, incluso cuando no vives la gloriosa narcolepsia del
enamorado.. pero siempre, siempre hubiera preferido estar acompañado.
Hacer belleza mediante palabras es como componer un embrujo que no mueve la
escoba en la dirección que queremos, o hace caer la cristalina lluvia en un
lodazal. Todo es entrenamiento, lenguaje de gang, manierismo. No hay algo real,
no cuentas lo que sucede, solo un grafiti por encargo que disimula los podridos
muros que rodean un solar inculto. Contar lo que sientes con bellas palabras es
poesía, porque la poesía es casi la realidad. Y algo te cuento, para que sepas
que mi otro yo también camina…
Javier Navarro
Julio de 2012
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