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Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported. Cuadernos de Casa Alta: febrero 2019

miércoles, 27 de febrero de 2019

Poema Fem

      
               La relación entre hombre y mujeres ha cambiado extraordinariamente a lo largo de mi vida. Mi niñez y adolescencia se dieron en un ambiente claramente machista, aunque no todo el grupo social lo practicara. Sin embargo la 'costumbre' visible si que era machista.

                Mi madurez transcurre en una sociedad muy evolucionada en este aspecto, avanzada incluso dentro de Europa, y en la que la actitud general de los hombres carece de una auto vision machista, si bién la asunción de tareas aún no se ha resuelto de forma natural: cuidado de hijos, tareas caseras, etc..., aunque está presente en el animo de la mayoría el asumir esas diferencias.

                El cómo ha evolucionado esta cuestión, trascendental en la comprensión de los cambios sociales, es un tema de debate que requiere tiempo y claras ideas, para no entrar en las meras cuestiones políticas al uso.

              Algunos quieren atribuir lo conseguido, exclusivamente, a la parte femenina, y lo rechazo por ser una visión deshonesta, que solo busca el enfrentamiento, en la línea política habitual de fractura social.

                Para mí, el cambio se ha faciltado y acelerado gracias a la actitud de millones de hombres que hemos asumido nuestra parte como algo que se hace habitualmente, no como un favor, y dado a las mujeres todo el reconocimiento a su inteligencia, valor y capacidad de amar. lo que las hace extraordinarias y las mejores compañeras para entender plenamente la vida.


Si alguna vez vienes a mi,
herida por la vida,
no esperes que te pida perdon,
que arroje sal en mis labios,
que beba la hiel del destierro,
ni que busque mi nombre
entre los condenados.

Haré como ahora,
te daré mi mano,
te miraré a los ojos,
y abriré mi corazón,
para sostenerte,
para reconocerte,
y disipar tu pena
llevándola al centro de mi fuerza,
donde se alza mi sangre
y nace mi alegría.

Y si caminas
fuerte, animosa y lista,
busca en mi, también,
lo que no se ve,
lo que no se lee,
lo que la vida me ha dado,
para que tu vida
sea completa,
para que un hombre te muestre,
cuanto por ti
hemos cambiado.

Y si alguna vez me hallas,
baja la mirada,
con el alma cansada,
de unos bellos ojos, rota,
no pases de largo,
de caza como una hembra,
y recuerda
que te di la mano,
vacia la palma,
pero llena de amor..
 Javier Navarro
Sevilla, 21 de Febrero de 2019