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Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported. Cuadernos de Casa Alta: Juan Sintierra - El comercio de esclavos en la Puebla del Rio

lunes, 20 de febrero de 2012

Juan Sintierra - El comercio de esclavos en la Puebla del Rio


LA ESCLAVITUD EN LA PUEBLA JUNTO A CORIA EN LOS SIGLOS  XVI Y XVII.
(Noticias recogidas en las escrituras del Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Sevilla)

      La esclavitud es una característica que podríamos llamar esencial de la época que estudiamos. Tan injusto sistema estaba justificado por pensadores, moralistas y la propia Iglesia. Por nuestra parte, en estas humildes páginas no tratamos ni de poner ni de quitar, sino de mostrar la realidad documental tal cual era. Asimismo, mostramos la esclavitud como componente social de la villa de La Puebla, incardinada en la sociedad de su tiempo, sin entrar en más averiguaciones.

       Aún a riesgo de parecer reiterativos, debemos encuadrar el hecho de la esclavitud en la villa repitiendo algunos conceptos ya de sobra conocidos: En los documentos obrantes en el Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Sevilla,  la villa de La Puebla junto a Coria de los siglos XVI y mitad XVII, se nos aparece como una villa  rica, en algunos aspectos esplendorosa y con un buen número  de habitantes que, como ya hemos advertido otras veces, en unos treinta años (1645-75) se empobrece hasta límites inusitados y reduce su vecindario a menos de la mitad.

      En este esplendor influyeron diversos factores entre los que podríamos enumerar  su puerto, que formaba parte del complejo puerto de Sevilla, siendo el último punto importante en la margen derecha del río y el penúltimo si contamos con el importante puerto de Sanlúcar de Barrameda.  Apenas tenemos noticias de este tráfico marítimo, sus documentos deberían buscarse en el Archivo de Indias y en los restos que se puedan encontrar del archivo de Hacienda, ya que el Resguardo de Casas Reales tenía escribano propio, distinto al público y del Concejo cuyos documentos hemos consultado. El declive manifiesto de la villa que comienza a mitad de la  centuria del XVII tendrá mucho que ver con el desplazamiento paulatino del comercio marítimo de Sevilla a Cádiz.

      Otro factor que podríamos enumerar es el hecho de ser entrada principal de una extensísima zona ganadera de Islas y Marismas, lo que trajo como consecuencia  que se avecindaran en la villa arrendadores de impuestos de todas clases y de diezmos eclesiásticos, que también harían sus negocios marítimos y que luego se desplazan a la capital.

       La presencia de muchos esclavos de raza negra o mulata nos muestra a las claras la riqueza ya que los esclavos, destinados al servicio doméstico, eran un artículo de lujo. Asimismo nos indica un comercio con América importante y muy mal estudiado.
   
      El presente trabajo no es más que un muestreo efectuado en el Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Sevilla, en los protocolos de La Puebla del Río y en un periodo que va  desde 1.570 a 1.700, teniendo en cuenta que la documentación correspondiente a treinta y tres años salteados no se encuentra en el archivo, bien porque no estuviera cubierto el oficio de escribano o bien porque haya desaparecido.

     El sistema expositivo de este capítulo es distinto a todos los demás dado el cúmulo de datos, así citaremos el legajo y lo en él contenido y no recurriremos a las notas al final del capítulo que pueden desorientar y aburrir al curioso lector.

Legajo 1913-PB. Años 1570-1574 

     Es el segundo legajo correspondiente a la Puebla. El primero (3498-PB) ha sido deficientemente estudiado por su mal estado.

1570 – 28 de febrero. Gonzalo López de Salas, vecino de la villa,  es un rico hacendado, creemos que es del estado llano porque su hijo Juan López de Salas, clérigo de menores y menor en 1.580 recurre al Juez de la Iglesia para que el Concejo lo considere exento por su condición de eclesiástico (Acta del Cabildo de 12 de enero de 1580). Pues bien, en este año de 1570 hace inventario antes de contraer matrimonio con Leonor García. Aporta al matrimonio un  importante patrimonio en tierras, bueyes de labor y ganado. Sabemos que era vinatero y posiblemente vinculado al tráfico indiano. Entre los bienes se aprecian y aportan nueve esclavos:
-       Uno de color…<ilegible>… que se aprecia en 24 ducados.
-       Uno de color negro, que se aprecia en 30 ducados y 13 maravedis.
-       Uno de color membrillo que se llama Andrés en 330 reales.
-       Otro esclavo mestizo que se llama Bartolomé en 70 ducados.
-       Una esclava negra llamada Elvira en 70 ducados.
-       Otra esclava mulata llamada Ana, hija de Elvira, en 40 ducados.
-       Otra esclava mulata, Gervasia, en 40 ducados.
-       Otro esclavo mulato, Juan, en 15 ducados.
-       Otro esclavo negro viejo, 15 ducados.

1571 – 24 de julio. Juana Sánchez otorga poder a su marido, Cristóbal Díaz, ambos vecinos de Sevilla en la collación de San Lorenzo para que pueda vender un esclavo mulato que ella tiene con su marido, llamado Gaspar, de 20 años. Lo venden en La Puebla ,y al vecino de la misma, Andrés García.

1571 – fecha ilegible. Miguel Esteban, vecino de La Puebla, compra a Mencia (ilegible) una esclava negra de nombre Catalina.

Legajo 1773-PB. Años 1575-1577

1575- 5 noviembre. Andrés de Salas e Isabel de Vargas, su mujer, vecinos de la villa, venden al mercader Alonso Fernández una esclava negra de 15 años de nombre Beatriz  en 3.000 reales, o lo que es lo mismo, más de 270 ducados, cantidad muy considerable.

1575- 20 diciembre. Juan García, vecino de Utrera, vende en La Puebla por 1.924 reales, un esclavo negro obtenido en una presa, de nombre Francisco. Lo compra Andrés Navas, vecino de la villa.

1576- 14 de junio. Leonor García, viuda de Bartolomé López de Salas, al que hemos visto al principio, como tutora y curadora de la persona y bienes de su hijo Juan, el que luego nos aparece como clérigo de menores, vende a Fernando Martín Pastor, vecino de la villa, un esclavo de color mulato de 34 años y nombre Andrés en 75 ducados.

Legajo 2659-PB. Año 1578

1578- 1 de mayo. Inventario y avalúo para el reparto de los bienes dejados por Juan Cobo, vecino de la villa. Parece que era el padre de Juan Cobo de Ribera, habido en su segundo matrimonio, que más tarde aparece como capitán de la compañía de La Puebla. Se trata también de un rico hacendado que deja tierras de pan sembrar, viñas, ganado de labor y granjería y siete esclavos:
Ana Díaz, mulata, comprada en 65 ducados.
Juan, hijo de Ana, 100 ducados.
Miguel, 75 ducados.
Ana, negra, 50 ducados.
Hay tres esclavos más pero resultan ilegibles debido al deterioro del documento.
La mitad del valor es de Lázara, hija del primer matrimonio, y la otra mitad de Juan, hijo del segundo matrimonio.

Acta del Cabildo. Jueves, 17 de diciembre de 1579. 

      Desde hacía meses, la peste estaba causando bastantes estragos en Sevilla y su tierra. Declarada en Génova había pasado a Lisboa, vía marítima, y de aquí al Algarbe y al reino de Sevilla y Andalucía. El Concejo y  Regimiento de la ciudad de Sevilla había enviado instrucciones a las villas de su tierra a fin de que adopte medidas que impidieran la propagación, especialmente a aquellas que tenían puerto como La Puebla. En 17 de diciembre de 1.579 se persona en la villa Gaspar Juarez, Jurado del Concejo hispalense y ordena al escribano del Concejo de la villa, Juan de la Parra, que le muestre el cumplimiento de las instrucciones que le habían dado a La Puebla. Viendo en Jurado que no se habían cumplido adecuadamente, da una serie de instrucciones que redundan en las anteriores, así que se establezca una guarda de dos hombres permanentemente, de día y de noche, y que no se deje entrar personas o mercaderías de Portugal o de Génova, ni por el río ni por tierra; sólo podían entrar aquellas personas o mercaderías que trajeran testimonio de que su lugar de origen estaba libre de la peste, siendo diputados para  vigilar el cumplimiento los propios regidores. Luego hace un apartado y concreta más: “Iten, mando que aunque sean vecinos de esta dicha villa los que vinieren, porque ha sido informado que de esta dicha villa se esperan vecinos de ella que han de venir de Portugal con esclavos y otra mercadería, que no los dejen entrar en esta dicha villa ni  media legua a la redonda, so pena de que se les llevará de pena a cada uno de los alcaldes veinte mil maravedís para los gastos de la peste y que se les notifique a las guardas luego, como fueren nombrados, que no dejen entrar a los dichos vecinos, aunque les conste que lo son, so la dicha pena y más treinta días de cárcel a cada uno de ellos que lo consintiere.” Las relaciones de vecinos de La Puebla con los comerciantes portugueses, que tenían por esas fechas el monopolio del asiento de esclavos para América,  era un hecho suficientemente conocido en Sevilla.

Legajo 1876-PB. Año 1579-1582

1580- 8 de agosto. En el inventario de bienes de Juan de la Fuente nos aparece una criada  esclava negra y según dice el documento “vieja”. Los esclavos si no eran vendidos antes, envejecían y morían en la casa del amo que estaba obligado a su cuidado y sustento y a pagar las exequias.

Legajo 1877-PB. Año 1583-1584

1583-  9 de mayo. Carta de dote de Ana de Pineda otorgada por su marido Bartolomé Martín. Un pedazo de tierra en la vega apreciada en 15.000 maravedís  con un tributo a favor de Beatriz de Asián, beata de Coria, de 10 reales. Dos bueyes, dos vacas, dos yeguas  y un pedazo de tierra apreciado en 55 ducados y una esclava mulata, Francisca, lisiada de los dedos de las manos y los pies, apreciada en 70 ducados.

1583-  3 de agosto. En el testamento de Isabel Martín, dicha causante, mediante manda,  libera  a Catalina, su esclava negra.

1583-  7 de septiembre.  Antonio Sánchez Rasero y Bernabé Martín, hijos y herederos de Isabel Martín, no dejan libre a Catalina, negra de 26 años y apreciada en 100 ducados, por no haber suficientes bienes para pagar mandas y debitos. Recibieron la herencia a beneficio de inventario. y la esclava la venden a Domingo Martín Verdugo el mozo, vecino de la villa.

Legajo 1841-PB. Año 1585-1587

1587- 4 de febrero. Blas de Ojeda y Lázara de Salas, su mujer, otorgan carta de libertad a Ana, esclava negra de 20 años.

Legajo 1829-PB. Año 1605-1607

1605- 13 enero. Venta  de un esclavo negro habido en buena guerra de 28 años. Lo vende Cristóbal de Arcos, vecino de Sevilla en Triana al licenciado Jerónimo López, presbítero, vecino de La Puebla. Precio 70 ducados. Creemos que es Juan López de Salas, que utiliza para la compra del esclavo un segundo nombre.

1606- 31 enero. Testamento de Beatriz de Pineda, viuda de Juan Cobo, manda que Juan de Ortega, su esclavo, quede en libertad después de servir tres años a su hijo Juan Cobo de Ribera (capitán de la compañía de La Puebla). Albaceas su hijo y Juan Bautista (Botello), presbítero.
      Luego mediante un codicilo eleva el tiempo de servidumbre a seis años.

Legajo 1840-PB. Año 1608-1610

1608-  9 de julio. Testamento de Cristóbal Duelan, francés que vive en La Puebla,  manda a Inés, esclava en casa de Juan de Herrera 20 reales. Mandas a la Iglesia de San Lorenzo de Ruán. Mandas a Lisboa. Hombre muy relacionado. Tiene un conocedor con las vacas que es Diego Díaz.

1608- 7 de agosto. Diego Bernal, de Valverde del Camino,  vende a Pedro de la Fuente una esclava negra de 40 años más o menos  que se llama Paula “labrada la frente y carrillos”, se la vende por esclava cautiva sujeta a servidumbre y habida en buena guerra, 1.000 reales.

1608-  5 de octubre. Venta de esclavo negro bozal de 25 años. Vendedor Cristóbal Darcos Quintero, vecino de Sevilla en  Triana, lo compra Blas de Ojeda, vecino de la villa. No es ladrón, ni borracho ni fugitivo. No tiene enfermedad ni tacha cubierta ni descubierta.  8.100 reales.

1608-  14 de octubre. Beatriz de Pineda, viuda, y Juan Cobo de Ribera y su mujer Marina Rodríguez, venden a Juan López de Salas, presbítero, un esclavo llamado Juan, mulato membrillo, de 34 años por 43 fanegas de trigo.

1609-  3 de mayo. Juan Cobo de Ribera, declara deber al jurado Fernando de Salcedo, vecino de La Puebla, 800 reales por la compra de Antón esclavo negro de 35 años.

1609- 6 de septiembre. Juan Ruiz Pacheco y su mujer Leonor López, vecinos de La Puebla,  venden a Juan Gómez de Heredia, labrador, vecino de Aznalcázar. Un esclavo negro membrillo cocho llamado Miguel de 17 años, en 130 ducados.

1610- 29 de abril. Pedro de la Fuente vende a Alonso Calvo, ambos vecinos de la villa, una esclava negra entre bozal y ladina de 30 años llamada Paula en 900 reales (de 30 maravedis)


Legajo 1879-PB. Año 1610-1615

1613- 24 de marzo, folio 60 vto. a 63. Juan Benítez del Río vende a Alonso Díaz de Oropesa, alcalde ordinario, una esclava negra atezada de 40 años en 825 reales.

1613-  folio 67 vto.  Diego Martín Galván, vecino de Escacena vende a Ginés García, vecino de la villa,  un esclavo negro que se llama Pedro de 40 años en 900 reales.

1613-  folio 71 vto.  El mismo, Diego Martín Galván, vende a Juan Benítez del Río un esclavo negro que se llama Luís de 20 años, por 113 ducados libres de alcabala.

1613-  folio 120 vto.  y ss.  Miguel Sánchez Carretero, cuando contrae segundo matrimonio, entrega a su hijo habido en el primer matrimonio, bienes de la legítima. Mucha tierra y ganado y un esclavo negro, Antonio de 25 años apreciado en 100 ducados.

1613-  folio 239. Diego Centeno, jurado de Sevilla, vende una esclava negra ladina llamada Agustina de 28 años  en 80 ducados  a Nicolás de Pablos, vecino de La Puebla
1614-  folio 228 vto.  Alonso Domínguez, “mercader de esclavos”, vecino de Serpa, Portugal, vende al jurado de Sevilla, Bartolomé Gutierrez, un esclavo mulato membrillo cocho ladino llamado Juan de 28 años en 100 ducados.

Legajo 1910-PB. Año 1615-1617

1615- folio 214 vto. Juan Rodríguez Carretero y Miguel Sánchez Carretero, vecinos de la villa, venden a Juan Martínez de Salas, vecino de Sevilla, un esclavo negro, Antón, de 24 años en 120 ducados.

1615- folio 335. Pedro de Pineda vende a Bartolomé Rodríguez del Villar, ambos vecinos de la villa, una esclava negra llamada Ana en 130 ducados.

Legajo 1878-PB. Año 1618-1620

1.619- folio 552.  Blas de Párraga, vecino de Sevilla en Triana, vende a Miguel García, carpintero y vecino de la villa, un esclavo negro llamado Juan  en 102 ducados.

Legajo 1988 PB. Años 1620-1629

      Este legajo, aunque ordenado, se encuentra muy deteriorado, sólo ha podido ser examinado de forma muy parcial y los dos últimos años (1.628 y 1.629) se encuentran muy deteriorados.
     No esta debidamente foliado, por lo que recurriremos a las fechas.

1622- 26 enero. Pedro Martín vecino de Zalamea la Real, vende a Sebastián Rodríguez, vecino de La Puebla, una esclava negra llamada Isabel de 14 años en 118 ducados. Dice el vendedor que la compró el día anterior en el mercado de Villalba. Esta villa onubense se encuentra en una de las antiguas rutas de Lisboa, ciudad con un importantísimo mercado de esclavos. La ruta junto con el río fue muy frecuentada para la importación de esclavos en Castilla.

1623- 3 enero. Testamento de Catalina Martínez “mujer legítima de Alonso de Orta, ausente en Indias, y vecina de esta villa de La Puebla junto a Coria...”
          Entre las disposiciones testamentarias nos encontramos unas que dicen: “Declaro que tengo por mi esclava cautiva  a Magdalena y por el amor que le tengo y por lo bien que me ha servido toda su vida, quiero y es mi voluntad que sea libre todos los días de su vida, con cargo y condición que sirva cuatro meses de balde a Juan Bautista Botello, presbítero, cura de la Iglesia de esta villa y después quede libre como tengo dicho.”
      Declara también que tiene esclava a una hija de Magdalena llamada Ana, criada en su casa y “por el amor que le tengo mando sirva en compañía de su madre cuatro años y que gane cuatro ducados cada año y juntos diez y seis ducados se den a la fábrica de la iglesia de esta villa”.  Continua diciendo que después de reunir los 16 ducados quede libre  igual que su madre. Con ese dinero manda se funde una memoria perpetua para que una vez al año se le diga una misa cantada. Ya veremos más adelante cómo se prolonga la situación de Ana de forma indebida.

1623- 2 de febrero. Testamento de Tomasina de Mesa, primera mujer de Juan Lázaro de León. Deja universal heredera a su única hija, María de Salas y nombra albaceas a Juan Lázaro, su marido y a Juan Lázaro “el soltero”.
       Declara que cuando se casó trajo en dote, y puso en poder de su marido, ajuar y tres esclavos.
      Aparece por primera vez Juan Lázaro de León que juntamente con el otro Juan Lázaro, fue uno de los mayores propietarios de esclavos.

1624- 3 de septiembre. Ana García, mujer de Francisco Martín de Pineda, comparece ante el alcalde ordinario y hace relación de los bienes dotales que aportó al matrimonio y puso en poder de su marido. Los bienes son muy cuantiosos en tierras, viñas y ganados y también dice que aportó un esclavo llamado Gregorio de 16 años. 


Legajo 1982 PB. Años 1630-1639

      El legajo está muy desordenado y aunque deteriorado se ha podido examinar mejor que el anterior.
      Así mismo, sólo se encuentra foliado en parte, por lo que recurriremos a las fechas y cuando exista el número de folio lo pondremos entre paréntesis.

1630- 16 de junio (folio 36). Carta de recibo de dote de Juan Rodríguez de los Reyes, casado con Juana Guillén, hija de Juan de Herrera e Isabel García (ya difunta). Sabemos que recibe una cuantiosa dote en tierras y, entre otros bienes, una esclava negra vieja llamada Ana con una hija suya llamada Gregoria de edad de ocho años poco más o menos. Ambas se valoran en 560 ducados. La negrita Gregoria cambia de dueño dos veces más como veremos, llegando a ser protagonista de un curioso suceso.

1631- 15 de mayo. Francisco Piamonte, vecino de la ciudad de Lisboa, “en la collación del Señor San Javeo junto a la Cruz de la..(ilegible)....... estante al presente en la villa de La Puebla junto a Coria....” Vende a Martín de Cervera, vecino de Coria, una esclava negra atezada ladina llamada Juana que “ ha de ser de edad de veinte años”, dice que ha sido “habida en buena guerra” y también que “no es ladrona ni bribona ni tiene mal corazón” (1).  Se olvida anotar el precio, posiblemente porque fuera comprada de contrabando sin pagar los derechos de aduana. Este tipo de ventas se realizaban en los barcos y su documentación ante escribano servía para acreditar la adquisición.  Los barcos debían esperar a las mareas pasada la Isla de Hernando, muy próxima a La Puebla que también tenía puerto. Este sistema se utilizó con frecuencia en el siglo siguiente en Cádiz y los puertos próximos.

1632- 11 de abril. Fray Juan de Caviedes, maestro predicador de la orden mercedaria, conventual de la casa Grande de Ntra. Sra. de la Merced de Sevilla (actual Museo), albacea y heredero de Francisco Cabiedes de Soro y estante en la villa de La Puebla, vende a Bartolomé López un esclavo negro ladino (2) llamado Domingo, de 24 años, que había recibido en herencia. Dice que “se lo vendo por esclavo cautivo sujeto a servidumbre habido en buena guerra” (3) y también con “sus tachas buenas y malas, cubiertas y descubiertas” (4). Precio 900 reales.

1633- 24 de febrero. Juan Lázaro de León, familiar del Santo Oficio,  otorga carta de dote a favor de su hija María de Salas, hija de Tomasina de Mesa,  su primera mujer, que era hija de Pedro de la Fuente y Leonor García. María de Salas estaba casada con Mateo de la Fuente que recibe la dote y entre otros bienes: un esclavo llamado Andrés de color membrillo cocho (5), apreciado en 100 ducados y una esclava llamada Rufina con un esclavillo pequeño llamado Domingo, moreno (6), hijo de Juan Domingo y de Ana (seguramente esclavos de Juan Lázaro), apreciados en 220 ducados.

1633- 15 de abril. El escribano de La Puebla de los últimos años, Pedro García Cabricano,  se encuentra enfermo y fallece al poco tiempo. En esta fecha otorga su propio testamento. Dice que es “escribano público y del Consejo y Hermandad y Rentas de esta dicha villa” (7).  Entre las mandas del testamento tenemos: “ Mando a Don Esteban Cabricano, mi hijo, a Melchor esclavo y a Manuel así mismo esclavo y a Manuel de ocho años de edad....” Y otra: “Mando a la dicha mi mujer a Ginesa mi esclava y a Juan y Mariana sus hijos para que los tenga y trate bien por haberlos criado”.

1633- 30 de abril. Testamento de Blas Pedro Alonso, vecino de la villa. Casado tres veces, su tercera esposa aporta al matrimonio en dote, entre otros bienes, dos esclavos, declarando que ya murieron. Afirma que tiene entre sus bienes a una esclava llamada Isabel y a un esclavillo llamado Antonio.

1633- 2 de mayo. Francisco Hernández, vecino de Sevilla en la collación de Santa Catalina, vende en La Puebla al vecino Diego Alonso Rasero “una esclava llamada Isabel de diez y siete o diez y ocho años más o menos, la cual es mi esclava sujeta a servidumbre y la compré con sus derechos a Antonio Pérez Rodríguez vecino de Sevilla en la collación de Santa María la Blanca...”. La vende al contado en 150 ducados y asegura que “no es ladrona ni borracha, jugadora, ni de mal corazón ni engañosa ni tiene enfermedades...” (8). Dice además que la esclava esta “aduanada y pagados los derechos de ella”. (9)

1633- 26 de mayo. Juan López Franco vecino de Sevilla en la collación de San Salvador, que actúa por sí mismo y por Alonso López de la collación de San Gil, vende a Francisco Carmonés, vecino de La Puebla, una esclava negra, ladina, de treinta y ocho años poco más o menos, llamada Felipa, en 130 ducados “habida y comprada de buena guerra.”

1633- 26 de mayo. Luis Venegas, vecino de Sevilla en la collación de Santa Catalina, vende a Gregorio de la Fuente un esclavo negro de diez y siete años más o menos, llamado Francisco que lo compró de Luis López, mercader vecino de la ciudad de Utrera. “Cautivo, sujeto a servidumbre..... habido en buena guerra”. Precio 772 reales (65 ducados).

1633- 26 de mayo. Juan López Franco en la misma fecha vende a Bartolomé López de Salas una esclava de color negro de veinticuatro años llamada Juana. Dice que la compró en Écija a Francisco Lozano. Precio 140 ducados (¿).

1633- 30 de mayo.  Juan Lázaro en un documento de recepción de bienes que hereda de su hermana Ana de Salas, que murió abintestato y de la que es heredero universal declara recibir una cuantiosa herencia que detalla y entre los bienes recibe una esclava llamada Francisca y un esclavo llamado Bartolomé. Sabemos por este documento que Ana de Salas estuvo casada con Juan Benítez del Río hombre rico que fundaría una importante capellanía en la iglesia de Ntra. Sra. de la Granada en la villa.

1634- 19 de mayo. El Licenciado Juan Bautista Botello, presbítero y cura vicebeneficiado de la Iglesia de la villa, otorga una carta de libertad que en su parte principal dice así: “....... porque yo tengo y poseo por mi esclava cautiva sujeta a servidumbre a María Sánchez, hija de Ana de Santa Ana mulata libre, y porque la susodicha me ha servido bien y la he criado en mi casa y a sido en ella más de quince años y al presente esta casada con Juan Gómez, hombre libre, y yo he tenido gusto siempre, como al presente tengo de darle carta de libertad por hacer bien y buena obra....”

1634- 26 de diciembre. Testamento de Ana González de Ricadel, mujer de Francisco Martín Carmonés. Deja a su esclavo negro, Diego, a su marido “por todos los días de su vida y en falleciendo el dicho mi marido quede libre el dicho esclavo por haberlo criado y para ello sea bastante esta cláusula en su favor sin otra escritura o aclaración.”
       Son albaceas su marido y Juan de la Fuente.

1635- 13 de septiembre (folio 43 vto.). Diego Alonso Rasero, vecino de La Puebla, vende a Juan Cristóbal de Alcalá, vecino de Sevilla en la collación de San Julián, una esclava llamada Isabel de veinte años. Dice que la compró a Francisco Fernández vecino de Sevilla de la collación de Santa Catalina. 

1637- 5 de septiembre (folio 86). Testamento del Licenciado Juan Bautista Botello, cura y vicebeneficiado de la iglesia de la villa. Tras las mandas de rigor hace la siguiente declaración: “Declaro por descargo de mi conciencia......... que cuando murió Catalina Martín, viuda de Alonso de Orta, vecinos que fueron de esta dicha villa, en una cláusula del dicho testamento dejó una memoria de diez y seis ducados para que se dijese una misa cantada cada un año en la Iglesia de dicha villa y que dando los diez y seis ducados Ana su esclava, que es la que hoy me está sirviendo en mi casa, para que se hiciese la dicha memoria, quedase libre, y que la dicha Ana, luego que falleció la dicha su ama Catalina Martín, le dio y entregó los diez y seis ducados para que hiciese que la dicha memoria se impusiese como albacea que fue de la susodicha en compañía de Bartolomé González Mancero. Y porque la cantidad de diez y seis ducados pareció poca a los visitadores que en aquel tiempo fueron, que no recuerda, mandaron que se diesen y convirtiesen la renta de ellos en misas rezadas, las cuales se han dicho todos los años como aparecerá en los libros dela colecturía  y, a más abundamiento, porque la dicha Ana goce de libertad y nadie le ponga impedimento, mando que de mis bienes se saquen los diez y seis ducados y se depositen en Juan Benitez del Río, vecino de esta dicha villa, para que quede allí si el mandato de los tales visitadores no pareciere en los libros de visita o no se hubiere con la disposición que conviene para que tenga efecto al señor Provisor  de la ciudad de Sevilla, los imponga nuevamente como le fuere servido.” El cura se pasó al menos diez años en cumplir la voluntad de la testadora.
     También declara: “Declaro que vendí en almoneda.......... como tal albacea y para cumplir el dicho testamento, dos esclavos que quedaron de la dicha Catalina Martín que fueron una esclavilla de edad de dos años y otro esclavillo de edad de seis meses llamados María y Francisco.” El dinero que pagaron por los dos menores no lo dice, sino que lo gastó en cumplir las mandas del testamento. Tampoco dice a quién los vendió. No dice el cura de quién eran hijos; sospechamos que de Ana y que detrás hay una turbia historia.
       Fueron sus albaceas Juan Benítez del Río y Bartolomé López de Salas. Sabemos que Pedro Alonso Capilla es su sobrino.
      Deja a María, hija de Ana, que lo ha cuidado en su casa, una colcha “de las suyas”, una sábana y dos sillas “de las mejores” y a Ana otra sábana y dos sillas.

1639- 7 de febrero (folio 15). Testamento de Catalina de Cevallos, esposa del capitán Fernando de Salcedo. Entre las mandas encontramos: “Mando y es mi voluntad que una esclava mía llamada María de Lopas, sirva al dicho capitan Fernando de Salcedo, mi marido, como esclava todos los días de su vida....”
      En otra manda deja libre a Juan, hijo de María de Lopas.
      Declara que tiene por esclava a Gregoria, negra atezada, “que la hube y compré de Juan Rodríguez de los Reyes, vecino de esta dicha villa, mando se venda a quien más de por ella y de su precio se cumpla este mi testamento.” De nuevo sale la esclava Gregoria.

      Por el inventario posterior sabemos que la esclava María de  Lopas era berberisca (10).
      También se inventaría otro esclavo viejo llamado Francisco, impedido de las piernas. 

      Los legajos siguientes, es decir 1917 PB, 1919 PB y 1918 PB  se encuentran más ordenados y bien foliados por lo que cambiaremos el método de redacción citando años y después sus folios correspondientes.
            
Leg. 1.917 PB. Año 1640, folio 51.   En el primero de los años estudiados, y en 5 de agosto, nos encontramos con la almoneda que se hace de los bienes de Doña Catalina de Cevallos, vecina de la villa, difunta y esposa que fue del capitán  Don Fernando de Salcedo, también vecino. Hay que advertir que la almoneda, es decir, la subasta, era un acto frecuente y que se disponía en testamento; el testador designaba herederos de determinados bienes y del resto disponía se hiciera almoneda en plaza pública para pagar mandas y legados encargando a sus albaceas de su realización. El acto que nos ocupa se celebra en la plaza  de la villa presidido por el alcalde ordinario, Roque Márquez de Mena, y previamente pregonado por el pregonero del Concejo, Manuel Ruiz. En el acta levantada por el escribano Juan de Gea leemos: “Primeramente se remató por voz del dicho pregonero una esclava llamada Gregoria, negra atezada, de edad de diez y ocho años, por bienes de la dicha difunta, en dos mil reales de vellón, en Don Francisco Ponce, residente en la dicha villa, pagados luego de contado.” 
          En fecha 2 de septiembre siguiente -folio 53 vto.- el comprador, Don Francisco Ponce de León, comparece ante el alcalde ordinario y manifiesta que la esclava la compró para el capitán Don Nicolás de Salcedo, hijo del albacea y viudo Fernando de Salcedo y solicita del dicho albacea otorgue escritura de venta de la esclava “para que el susodicho <Nicolás> la haya y la goce como cosa suya, habida y comprada con sus propios dineros.” Es lógica la comparecencia de Ponce de León ya que la escritura en forma de carta de pago se otorgaba de inmediato y había pasado casi un mes. Intuimos una puigna entre padre e hijo por la Gregoria que a la sazón tenía diez y ocho años.
      Por fin en 16 de noviembre (número de folio ilegible) el padre, habiendo asumido la tomadura de pelo y sin duda a requerimiento del alcalde en funciones de justicia, otorga carta de pago a su hijo por la compra de la esclava Gregoria.
 
      Por papeles posteriores sabemos que Fernando de Salcedo era el capitán de la compañía de infantería estable en la villa, siendo además agricultor y ganadero con cierto acomodo, sin desdeñar el arrendamiento de diezmos y otros impuestos en sociedad con miembros de la oligarquía local. Su hijo Nicolás le sucede en el mando de la compañía llegando a ser alcalde ordinario de La Puebla por el estado noble.

       En el folio 54 del mismo legajo vemos como el capitán Sebastián Francisco Jáuregui, vecino de Sevilla, viene a La Puebla y otorga escritura por venta de una esclava de nombre Clara y color membrillo cocho de cuarenta y ocho años en mil reales de vellón. No sabemos quien la adquiere porque el documento se encuentra ilegible en esa parte.
      Pero es en el folio 96 donde nos encontramos con un importante documento , cual es el testamento de Antonio Benítez del Río ( en papeles posteriores también se le llama Juan). Este hombre es soltero, sin hijos y nombra albaceas al licenciado Marcos Benítez, presbítero y vecino de Coria a Ana García de Mayorga, hermana y heredera  y a Mateo de la Fuente, vecino de La Puebla. Es propietario al morir de una notable hacienda y funda una importante capellanía en la Iglesia de Ntra. Sra. de la Granada que debía nutrirse de 76 fanegas de tierra de pan sembrar en diferentes pedazos casi todos en la vega, así como de una casa en la calle Santa María.
       En el testamento nuestro hombre declara que tiene una esclava “cautiva y sujeta a servidumbre”...”de color mulato” y a su hijo Cristóbal de cuatro años a los que deja libres “por el amor que les tengo y los buenos oficios que la dicha Úrsula, mi esclava, me otorgó” . Mediante una manda ordena se le entreguen a Úrsula para su casamiento cien ducados, cincuenta en ajuar y cincuenta en dinero, pero sólo si se casa. Vemos que quería ver a la muchacha sujeta a la autoridad marital y para ello la dota bastante bien, con una suma equivalente a los mil seiscientos reales poco más o menos; dote modesta pero nada desdeñable para el lugar y la época.
      También tenía un esclavo que no tuvo tanta suerte: así manda al Convento de las Cuevas (Cartuja de Sevilla) a Francisco Mulato “mi esclavo..... el cual quiero que sirva y sea sujeto a servidumbre de los dichos padres <cartujos> todos los días de su vida, porque yo se lo dejo al convento desde el día que yo fallezca para siempre.” . Así mismo deja a su fiel criado Francisco Parra ciento cincuenta ducados y algún ganado.
      La Cartuja de las Cuevas comienza a aparecer con insistencia en los protocolos, por estas fechas arriendan la Dehesa Nueva  y prácticamente no la sueltan hasta la Guerra de la Independencia; pero todavía en estos años no han entrado de forma determinante en la vega en la que llegan a ser propietarios de unas cincuenta hazas con algo mas de doscientas veinte aranzadas. Vemos cómo los conventos tenían esclavos, lo que constituía un hecho absolutamente normal.       

Leg. 1917 PB. Año 1643, folio 78.  Tenemos el testamento de 22 de junio del licenciado Don Juan Bautista de Peñaranda, presbítero y cura vicebeneficiado de la iglesia de Ntra. Sra. de la Granada, que además de ser el cura más antiguo es el Sacristán Mayor –el que cobraba las misas- y mayordomo de la fábrica. Reunió un considerable capital en su curato de La Puebla así como su hermano Antonio al que encontramos junto a Ponce de León, Salcedo, Lázaro de León y otros como arrendatario de los diezmos de los borregos y la lana del deán y cabildo catedralicio y también de los diezmos del menudo (ganado mayor y menor). También lo tenemos algunos años como arrendatario de las torres del Puntal de Matagorda, Andalucía y Torreblanca que eran fielatos del río y sus brazos. El diezmo de los borregos se cobraba en la Isla Mayor en la que solo entraban borregos y no ovejas. Debía ser muy cuantioso pues Ponce de León vende por estas fechas a un ganadero de San Bernardo seiscientos veintiocho borregos procedentes de los diezmos en 11.200 reales de vellón, garantizándose el pago con otros seiscientos que el ganadero comprador tenía en la Isla Mayor.  Sin duda el cura no era ajeno a los buenos y rentables negocios de su hermano, al que algunas veces lo encontramos como arrendatario también del Tributo de Santiago.

      El cura nombra primero heredero universal a su hermano Antonio, pero mediante un codicilo del día 25 siguiente -folio 81- nombra heredero a éste y a su hermana Ana Bautista y a su fiel servidor Francisco López.
        Aunque en su testamento el cura no dice nada, en el folio 90 tenemos el inventario y almoneda que se hace de alguno de sus  bienes. Por este documento sabemos que el cura tenía un esclavo llamado Manuel de color negro atezado y de sesenta años, todo un anciano para la época, que para poder venderse hay que hacer un lote con él, un jumento pardo y unas angarillas. Todo el lote se remata por el vecino de la villa Francisco Pérez Zárate en 1.100 reales, una ganga que se paga de contado.
      Le costó trabajo al comprador deshacerse de Manuel ya que hay que esperar a finales de ese año –folio 203- para saber que Pérez Zárate lo vende a Fernando Moreno vecino de Los Palacios, declarando que el esclavo “lo hube y compré en almoneda de los bienes que quedaron por fin y muerte  del licenciado Juan Bautista de Peñaranda”; sigue diciendo que vende al esclavo con sus tachas buenas y malas que nunca ha huido y que no es borracho. La inclinación a la fuga y al moyate era frecuente en los esclavos y la manifestación de la ausencia de tales costumbres era cláusula corriente en estos contratos. El precio pactado fue de 800 reales de vellón, pagándose 300 de contado y 500 por San Miguel del año siguiente. No estaba mal el precio para un esclavo viejo; es posible que Manuel supiera leer y escribir y el comprador lo adquiriera para llevar cuentas y como preceptor de los hijos. De cualquier forma fue muy triste el destino de este anciano, y aunque no debemos juzgar hechos pretéritos con nuestra mentalidad actual, se hace necesario detenernos en la dureza de corazón del cura que dejó al viejo, posiblemente su servidor durante muchos años, en total desamparo.

      En este mismo año y en el folio 82 está el testamento de 26 de junio de Bartolomé López de Salas, vecino de la villa y viudo de Ana de Pineda. Se trata de un ganadero fuerte. No tiene hijos y nombra herederos a varios sobrinos y parientes. Pues bien, por un codicilo del siguiente día 29 de junio –folio 87- manda a Juan de la Fuente, viudo de su sobrina Isabel de Salas, un esclavo suyo llamado Luis, “el que le deja para que sea esclavo cautivo de Martín, Esteban y Juana, hijos de Juan de la Fuente y de Isabel de Salas, sujeto a servidumbre todos los días de su vida.” (11)
      En otra disposición del codicilo leemos: “mando a Rufina que está en mi casa de color mulata cien reales para vestirse que mando se le den luego que yo fallezca.” (12) No nos dice si era esclava, parece ser que la había liberado con anterioridad. No aparece en el inventario de bienes que se encuentra en el folio 88 de ese año.  Era frecuente que los solteros y los viudos tuvieran una esclava a la que liberan por disposición testamentaria o con anterioridad.

      La hermana del cura Juan Bautista de Peñaranda, Ana Bautista, antes referida y con vecindad en la villa, contrae matrimonio con Rodrigo Jiménez de Piquero, pasando a poder de éste los bienes que la misma aportó al matrimonio por lo que se realiza, a su petición, un inventario y avalúo ante el alcalde ordinario Juan de Pineda que lo hallamos en el folio 120.  En la relación de bienes valorada por distintos tasadores, entre otros su hermano Antonio, nos encontramos con “una esclava llamada Isabel, negra de color, 2.200 reales de vellón” y también con “una esclava llamada Juana, su hija de siete años, 1.100 reales de vellón.”

Leg. 1917 PB. Año 1644, folio 6. Testamento de Juana Guillén, mujer de Juan Rodríguez de los Reyes y viuda de Antonio de Pineda, vecina de la villa. Declara esta mujer, que tiene dos esclavas Ana y María, diciendo que “esta dicha María esclava quiero y es mi voluntad que no pueda ser vendida ni enajenada, sino la dejo para Tomás mi hijo, porque fue mejora que Juan de Gerena, mi padre y su abuelo, la dejo al dicho mi hijo por cláusula de su testamento.”  También declara que tiene una tercera esclava llamada Inés.
      Nombra albaceas a su primo Mateo de la Fuente y al doctor Don Hermenegildo de Arratia, cura de la iglesia que ha aterrizado en la villa. Parece ser, por documentos posteriores, que este sujeto era el típico eclesiástico joven, formado y ambicioso. Llega a La Puebla con lo puesto y con una mano por el cielo, otra por la tierra y la boca abierta.

       Juan Lázaro de León y su esposa Sebastiana de Sotomayor  forman un matrimonio rico dueño de numerosos esclavos. El es además familiar de la Santa Inquisición y es miembro importante de la oligarquía de la villa.  Veremos al final de estas páginas cómo vine a menos la familia y desaparece. En el folio 84 encontramos una escritura de venta  a Pedro Martín de Cabrera, vecino de Sevilla, de “un esclavo llamado Jacinto de edad de nueve años, mulato de color membrillo cocho, nuestro propio que nos en esta villa hemos criado en nuestra casa y tenemos por bienes nuestros propios y por tal sujeto a servidumbre.” Se dice además en el contrato que es fuerte y no tiene enfermedades. Su precio fue de 150 ducados. 
      Tras el fallecimiento de su esposa, Juan Lázaro de León vuelve a  las andadas y vende a Juan Cabello, vecino de Sevilla en Triana –folio 103- “una esclava mía llamada Isabel de edad de seis años poco más o menos, nacida y criada en mi casa.” Su precio fue de 750 reales. Realmente parece que Juan Lázaro ve acercarse el fin de sus días y está malbaratando su hacienda porque los precios son realmente bajos, a no ser que hubiera mucha oferta, lo que era posible. 
  
      Si en el testamento de su esposa no encontramos referencia alguna a esclavos y el de él mismo no aparece en los protocolos de La Puebla, en el folio 197 leemos que en 30 de noviembre de ese año de 1.644, comparece ante el escribano de la villa, Juan de Gea, el capitán Juan de la Carrera, vecino de Sevilla en Triana y declara que “recibió en depósito del capitán Juan de Esqueda, vecino de la villa de Coria dos mil y trescientos reales de vellón que son los mismos en que se remató en dicho capitán una esclava llamada María y un esclavillo, hijo suyo, llamado Mateo, por bienes de Juan Lázaro de León, difunto, vecino de La Puebla junto a Coria.”

Leg. 1917 PB. Año 1645, folio 5. A primeros de este año Alonso Cuesta otorga testamento. Dice que es soltero y funda una capellanía en la iglesia de Ntra. Sra. de la Granada dotándola con un huerto de naranjas y limones próximo al río. En una parte del testamento dice que declara por sus bienes una esclava negra llamada Teodora. Ya vemos cómo el solterón tenía su esclava, aunque no la deja libre ni dotada. No sabemos qué pasó con ella.

Leg. 1917 PB. Año 1646, folio 28. Tenemos el testamento de Catalina Díaz que era hija de Ana de Pineda y esposa de Diego García Valencina. En una disposición del testamento mejora a su hija, que también se llamaba Ana de Pineda, con una esclava que ella trajo en dote “a poder del dicho Diego, de color membrillo cocho, llamada Luisa, que está en mi casa que quiero que así lleve más que el dicho Juan de Oropesa, mi hijo, por ser como es mujer la dicha Ana de Pineda, mi hija”. No se haga el lector cábalas con los apellidos, ya que en esta época el orden de los mismos no era el de hoy, ni existían reglas rígidas al respecto.
      Más adelante en el folio 103 de éste año nos encontramos con el testamento de Diego García Valencina en el que declara que tiene un esclavo llamado Isidro nacido y criado en su casa de siete años de edad “al cual quiero y es mi voluntada que sea libre” después de su fallecimiento y le deja nada menos que la quinta parte de sus bienes, que no eran precisamente escasos, “por el amor que le tengo de haberlo criado y otras causas que a ello me obligan”. Es muy posible que entre las otras causas estuviera la paternidad. Sin duda nos encontramos ante un hombre de bien.

Leg. 1919 PB. Año 1651, folio 72. Hay una escritura en la que se concede la libertad a un esclavo pero el folio se encuentra tan cubierto de roña que nos ha sido imposible saber su nombre, el del libertador y las causas de esa liberación.

Leg. 1919 PB. Año 1653, folio 2. Leemos en algunos papeles de mitad de la centuria que en La Puebla se estaba padeciendo desde hacía algunos años “una enfermedad contagiosa” que causó bastante mortandad. Así acabó con la vida de una mujer que no llegaría a los treinta y cinco años, Maria de Salas y Sotomayor , hija de Juan Lázaro de León y Sebastiana de Sotomayor, anteriormente referidos. El marido de esta mujer, Sebastián de Pineda, había muerto meses antes. El episodio del que es causa esta mujer llega a tener tintes dramáticos  provocando una situación que hoy nos parece aberrante pero que en su tiempo era absolutamente normal. Así en 30 de marzo de ese año de 1.653, María de Salas, que se encuentra gravemente enferma, otorga testamento. Hacía nueve años que fallecieron sus padres dejando a ella y a sus hermanos pequeños, Francisco y Lázaro, que aún continúan menores de edad. Son los últimos miembros de una familia poderosa venida a menos. Ella misma dice en el testamento que no está muy segura si tiene veinte fanegas de tierra en diferentes pedazos. La heredan sus hermanos menores porque no tiene hijos.
      Entre las mandas del testamento encontramos una en la que ordena se digan doce misas rezadas por el alma de Bartolomé Manzano, “mi esclavo ya difunto”. Así mismo declara que tiene una esclava llamada Rosina y que se han criado juntas. La deja libre, le permite vivir en la casa y le deja un legado de cien reales.
      En la relación de sus bienes manifiesta que tiene un esclavo llamado Diego de cinco años, hijo de Rosina y Bartolomé, además de un potro y una potranca en la Isla Mayor.
Instituye albacea a Antonio de Pineda. No sabe firmar y uno de los testigos en Don Dionisio Díaz Debuerdo, cura –uno de los tres o cuatro que había- de la iglesia de la villa.
      Fallecida Maria de Salas, en 25 de abril –folio 9- se hace almoneda de algunos de sus bienes para pagar mandas y legados . El acto en la plaza de la villa es presidido por el alcalde ordinario Pedro Alonso Capilla, se hace el pregón por Andrés López y se subasta en primer lugar al esclavo Diego de cinco años, de color membrillo cocho, que era tuerto por más señas. Se realizan dos ofertas, la primera por 1.800 reales  de Andrés González, vecino de la villa y la segunda de 2.000 reales de Gonzalo Ruiz, que se lo adjudica. Firman como testigos Alonso Calvo de Mena, Sebastián de la Fuente y Andrés González Pichardo.
      En 8 de mayo –folio 12- Antonio de Pineda como albacea de María de Salas, otorga carta de pago, es decir, escritura, del esclavo Diego del cual dice que nació y se crió en La Puebla; María de Salas lo heredó de su padre Juan Lázaro de León, difunto, vecino que fue de la villa. Así mismo afirma que se vende al esclavo con sus tachas buenas y malas. Gonzalo Ruiz, su comprador, declara que compró al esclavo para el capitán Don Diego Solórzano Jaraquemada, sargento mayor del partido de la villa de Coria y vecino de Sevilla.
      Pero no queda ahí la cosa; a partir del folio 47 nos encontramos con unos autos incorporados al protocolo por el que sabemos que en 31 de agosto siguiente comparece ante Antonio de Pineda el vecino de Triana Francisco Niño, pariente de los menores Francisco y Lázaro, hijos de Juan Lázaro de León y hermanos y herederos de María de Salas, como ya sabemos.  Antonio de Pineda ostentaba, entre otros, el curioso cargo de Padre General de Menores de la villa y debía velar por los intereses de los huérfanos. De este modo, nombra curador de Francisco y Lázaro a su pariente Francisco Niño, el cual le plantea el siguiente problema: María de Salas había dejado entre los bienes de su herencia otro esclavo mulato de “ocho o diez meses de edad” llamado Pedro, hijo de Rosina y parece que no de Bartolomé, es decir que era hermanastro de Diego, de cinco años, anteriormente vendido. No se había hecho mención del mismo en el testamento de la difunta. El curador Francisco Niño, alega que la hacienda heredada por sus pupilos es muy corta y no se puede mantener al esclavito, ya que “necesita mujer que le de leche y le lave las ropas”, por lo que solicita se venda al pequeño Pedro en almoneda. Parece ser que su madre, Rosina, la esclava liberta no quiere saber nada del asunto, pues ella es libre y su liberación no alcanza a sus hijos; ahora, tras la estrenada libertad debe ganarse la vida y no era cuestión de criar al esclavo de otro a cambio de nada. Aunque parece ser este planteamiento el que subyace en el fondo, nos negamos a creer que Rosina negara los cuidados a su pequeño hijo.
      Así las cosas, vemos en los folios posteriores como se pregona la almoneda en plaza pública durante mas de ocho días sin que apareciera postor alguno que quisiera quedarse con el esclavito. Por fin, se lo queda Andrés (González)  Pichardo por 400 reales que era el precio que tenia en la época un novillo para carne  o un asno. De cualquier manera la adquisición de un niño de tan corta edad, dada la elevada tasa de mortalidad infantil, era un negocio arriesgado, por lo que, creemos, que en la decisión del comprador influyeron otras razones como la piedad o cualquier otro motivo ajeno al interés económico.
      Tras este asunto nos encontramos con un periodo de seis años en los que no existe protocolo de escribano alguno, sin que podamos saber que pasó en este tiempo.

Leg. 1918 PB. Año 1670, folio 21. El legajo indicado abarca un periodo de diez y ocho años (1660-1677), pues bien, en todo este tiempo solo hemos hallado una escritura de liberación de un esclavo en el folio indicado.  

Leg. 1.920 PB. Año 1700, folio 19. En el inventario y avalúo que se hace de los bienes a la muerte del importante ganadero, Fernando Delgado Carrillo, aparece una esclava negra que se aprecia en 1.875 reales. 
     En el folio 21 encontramos el testamento de Maria Eugenia Muñoz de la Peña, aparece una esclava, María, que quedará libre cuando fallezca su marido.  




 Juan Sintierra



NOTAS

1.- Fórmula contractual frecuente
2.- Negro ladino: Según el Diccionario de la R.A.E. esclavo ladino es aquél que lleva más de un año sometido a esclavitud.
3.- Esclavo habido en buena guerra: Capturado o comprado en los mercados esclavistas africanos e importado posteriormente a la Península. La captura de un infiel en la mentalidad de la época y su sometimiento a esclavitud se consideraba “buena guerra”
4.- Fórmula contractual frecuente.
5 y 6.- Membrillo o membrillo cocho: moreno o más o menos coloreado debido a más de un cruce.
7.- El escribano era un personaje importante pues lo era del Concejo y Regimiento de la villa, de la Santa Hermandad (importante en tan ámplio término) y de las Rentas Reales, que seguramente alcanzaría al tráfico fluvial. Además era escribano público al que acudían los particulares. En el siglo siguiente ya no es escribano de Rentas, pues en el trafico fluvial esta el escribano del Resguardo de Casas Reales.
8.- Fórmula contractual frecuente.
9.- Debe tratarse de un comerciante de esclavos, pues declara que ha pagado los impuestos de “importación” correspondientes.
10.- Es la única esclava de origen norteafricano que hemos encontrado. Parece que vivió en la hacienda de Lopas, en los pinares de Aznalcazar.
11.- La formula, que es corriente, no es baladí ya que el amo debía alimentar y vestir al esclavo durante todo el tiempo de su vida, así como procurar el sanamiento de sus enfermedades y asistirlo en la vejez.
12.- Mulato: generalmente hijo de blanco y negra.
 Negro atezado: Sin mestizaje, por ser hijo de negros o por ser de “importación”, es decir apresado o comprado en los mercados esclavistas del norte de áfrica o la banda subsahariana.

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