Libertad y Ser
La
lectura de diversas obras del filósofo Byung Chul Han, y también del sociólogo y
filósofo Sigmund Baunman, inspiran este artículo. Sus planteamientos sobre una
sociedad sacudida a todos los niveles por una modernidad líquida, inestable, que da
paso al individuo narcisista, imbuido de positivismo, que se cree libre, que
apenas llega al Conocimiento por falta de tiempo para la reflexión y porque no
experimenta experiencias sino vivencias, que se auto explota hasta la depresión
y que es parte de una gigantesca manipulación sicológica (Neoliberal) que le
impulsa al consumismo, han sido para mí una vía enriquecedora para entender y
dar respuestas, al menos en parte, a viejas preguntas que databan de mediados
de los 90 y que crecieron con el paso de los años en este siglo XXI.
Preguntas
que tenían como fondo el crecimiento de lo políticamente correcto, el buenismo,
el positivismo exagerado, el populismo, el lenguaje inclusivo, el feminismo
radical (yo lo llamo de sustitución), la degradación en la educación, el enorme
crecimiento de paletos y necios (apoyados en la redes sociales y en realities)
y las políticas de fragmentación social cultivadas fundamentalmente por la
izquierda tras la caída del muro de Berlín y la desaparición del equilibrio de
bloques.
También
debo destacar que es bastante osado por mi parte la referencia al Ser, uno de
los conceptos más controvertidos en filosofía. Lo he hecho por destacar más la
relevancia de la Libertad, como un componente esencial en la creación y
desarrollo de la persona.
Hace
años que la libertad es uno de los pilares del marketing y más concretamente de
la publicidad. También hace años que escribí mi primera aproximación filosófica
sobre este tema (bien intencionada aunque de baja calidad).
También
quiero destacar la diferencia entre libertad y expresión de la libertad. La
expresión de la libertad está normalizada desde tiempo inmemorial en bases
culturales y de derecho. Costumbres y Leyes. Los cambios en dichas normas son
consecuencia de cambios en las sociedades por causas económicas, religiosas,
ideológicas o, incluso, medioambientales (1) No forman parte del dominio de
libertad íntima que es para mí la única libertad real por ser producto
personal, vinculada al conocimiento, la ética y la inteligencia, y además
irreprimible.
(1)
Las
más modernas teorías y estudios históricos hacen un gran hincapié en las
enormes y decisivas influencias de los cambios medioambientales en las
sociedades y culturas hasta el punto de ser causante directo de la caída o desaparición
de muchas de ellas.
Hay muchas
razones que explican la importancia crucial de esta capacidad del espíritu
humano en nuestra época, aunque no es privativo de nuestra época la alta
consideración que históricamente ha tenido tanto en lo espiritual (el concepto
de Libre Albedrío es esencial en el Cristianismo como base para la salvación
personal) como en lo social, configurando la aceptación de deberes de
obediencia y de jerarquías que culminan en la Revolución burguesa con una redefinición
del papel de la libertad en el mundo futuro y en cierto sentido retirándola del
ámbito espiritual (como un don del alma) dándole el más mundano, y controlable,
rol de Derecho jurídico.
Este cambio tiene
para mi gran importancia pues va a erosionar el sentido de la libertad como
algo privado, personal y anímico en favor de lo público, colectivo y legal. La
libertad pasa a ser algo que se puede conceder y algo a lo que se tiene
Derecho. La Libertad pasará a ser una reivindicación pormenorizada de derechos,
olvidándonos de la que siempre hemos poseído, nuestra verdadera libertad: la
capacidad de decidir, de elegir.
En la
actualidad (2019) la percepción sobre la libertad es, para la mayoría y por
desgracia, una percepción sobre la realización de los deseos. La libertad se
percibe en la medida en que un deseo es realizado. Esta relación, perversa en
sí misma, une libertad y deseos y es esencial en el esquema del Consumismo.
El filósofo Byung
Chul Han analiza la influencia de la libertad en el consumismo, así como el uso
que la tendencia Neoliberal hace de la libertad. Para este filósofo, al que se
vincula con la Escuela de Frankfurt, la libertad nace o se asocia a la
negatividad.
Estos
conceptos, positivismo y negativismo, son esenciales en la comprensión de la
moderna filosofía. Desde la perspectiva Neoliberal, que relaciona libertad y
deseo, tal como hemos comentado antes, en cuanto que la libertad es utilizada
como argumento esencial en la realización de los deseos (caprichos), la
libertad está sometida al positivismo del deseo (2) y por
tanto la libertad es un bien positivo y carece de negatividad.
(2) Se califica el deseo como positivo
pues no existe un deseo negativo, no en un sentido moral, sino en el sentido de
que no existe un deseo negativo o inverso, como por ejemplo el anti deseo de
pan o de guitarras o de amor. La libertad, por el contrario, da la posibilidad
de aceptar o rechazar y por tanto puede ser negativa.
Esta
afirmación debe anotarse como la sensación sicológica que se pretende imprimir
en cada uno de nosotros, no como una realidad, pues la libertad sigue surgiendo
de una negación sobre la corriente mayoritaria. Desde esta visión positivista solo
sirve para aportar y no sirve para rechazar. Se vincula al consumo que siempre
aparece como positivo y como realización pues ha sido adornado con el símbolo
esencial de la individualidad: la libertad.
Hay que
incluir en esta trampa sicológica otros elementos que refuerzan este enlace. En
el Consumo se divinizan aspectos como la inteligencia, la personalidad (personalización)
y la independencia, claramente relacionados con la idea mística de libertad. El
resultado es el refuerzo de personalidades aisladas y con un fuerte acento
narcisista.
Necesitamos la
sociedad tan solo para mostrarnos adornados por los símbolos que nuestra
inteligencia (independiente, personal y libre) ha cosechado entre lo mejor del
Mercado. La sociedad, descrita por la publicidad y los medios como una multitud
anónima de teloneros, es un marco de coincidentes deseos, un marco en que el
Único (cada uno de nosotros) puede exhibirse con las galas conseguidas, tan
solo un espejo en que solo percibimos el rastro de nuestra presencia. Somos
individuos aislados en medio de una ingente multitud de desconocidos que están
allí para admirarnos.
Hay
aspectos de esta libertad, relativos al tiempo y al ámbito (aparece vinculada a
una etapa tardía: la realización del hecho, y se aplica en un ámbito virtual: deseos)
que nos van deformando y aislando. El resultado es frustrante: (la libertad solo
conduce a errores) si el deseo no ha sido satisfecho; o hedonista: (la libertad solo conduce al placer) cuando el deseo ha sido
completado. En uno u otro caso solo hay un ganador: el Mercado y el Consumo.
Y es que el Consumismo
se basa en el deseo, administrado en tres etapas: generación del deseo, culminación
del deseo y disipación del deseo. Son las etapas inicial y final los grandes
éxitos del neoliberalismo pues degradan uno de los elementos esenciales del
Ser: la capacidad de decidir para crecer, que es la etapa primigenia
y viva de la libertad (abre nuevas posibilidades y desafíos), sustituida por
una simple y decepcionante elección que aplaque (pero que no sacia) un deseo
impostado.
Desde la
perspectiva neoliberal del consumismo la libertad es un artículo de usar y
tirar que genera vivencias pero no experiencias y que se acaba vinculando a la
insatisfacción y a la insuficiente capacidad de compra. Al final la propia
existencia de la libertad es solo una medida de nuestra cuenta corriente y por
tanto, la libertad exige producción para poder ser utilizada para el consumo.
Con el estímulo
de una falsa libertad entramos en la fase de autoestímulo de producción para
satisfacer la libertad de consumo. Byung Chul Han llama a estos individuos Sujetos
de Rendimiento. Resultado: Autoexplotación, Aislamiento y Frustración. El
círculo se ha cerrado.
La
Autoexplotación no solo surge o se expresa en el ámbito laboral o profesional.
Lo va abarcando todo: el gimnasio, las redes sociales, la televisión, la
cocina, la relación con la naturaleza, la aventura, el turismo, etc.
Nos exigimos
rendimiento en todos los ámbitos: en el número de flexiones, en el número de
‘Me gusta’ y amigos coleccionados, en el número de Series y capítulos vistos en
un día o en un fin de semana, en el número de platos diversos que podemos
preparar, en el número de caminos y kilómetros recorridos, en las olas máximas
superadas, en el número de ciudades visitadas, de transbordos realizados, de
aeropuertos derrotados... Al final solo somos un paquete de cifras que nos
autocalifican y que, para nuestra desgracia, alimentan estadísticas del
Mercado.
Nos agotamos
en estas actividades y no contentos con ello nos agotaremos buscando alternativas
constantes que alimenten nuevas cimas y cifras. También lo haremos a destiempo,
tanto por la época estacional (lo de invierno en verano y viceversa, depende de
cuando tengamos vacaciones) como en la propia edad de cada uno. No hay respeto
por el cuerpo: el famoso ‘We can do’ (Nosotros podemos) de la campaña de Obama,
se aplica como un turbo compresor que nos catapulta a destrozarnos sin piedad. El
simple hecho de Poder representa una exigencia de Hacer. El ‘Antes muerta que
sencilla’ `parece la mejor letra para este desfile de payasadas.
La época
actual se caracteriza por la complejidad y está dominada por la psicología. No
tememos a un poder vigilante y violento. Ni siquiera la desmesura de leyes o
cargas. Tememos quedarnos fuera de la fiesta. Tememos no estar a la altura de
las exigencias del Mercado. Tememos no poseer el bolsillo para estar en él.
Tememos no poseer lo que más agrado acapara, el top del deseo.
Mi percepción
de la libertad la liga al conocimiento
como su base esencial, la desplaza en el tiempo (es la base de la decisión y no de la realización)
y la desvincula del deseo como motor
principal. La consecuencia es que Mi libertad es un hecho íntimo, se basa en mi conocimiento
y sus consecuencias pueden ser asimiladas como experiencias. Desde esta perspectiva la libertad está en fase con
el Ser: intimidad, conocimiento y experiencias son atributos de los que se
alimenta el Ser. No solo no temo a mi libertad sino que la puedo agrandar.
Además no puede ser controlada puesto que siempre nace de mí y solo puede ser
limitada parcialmente en la medida en que pueda ser limitado mi conocimiento,
tan solo vía la restricción de información.
¿Cómo se llega
a asumir el concepto de falsa libertad? Para mí, que ligo libertad con
conocimiento, la respuesta está en la noción (incorrecta) que vincula, o más
bien asimila, información y conocimiento, como si el simple consumo de
información proporcionara directamente conocimiento. Esa información, con
frecuencia efímera y poco contrastada, parece proporcionar un soporte
suficiente a la libertad y a la toma de decisiones.
Lo que se ha
dado en llamar Conocimiento Distribuido ha pasado de una simple metáfora a ser
asumido como una realidad por una ingente multitud de ignorantes: no es lo
mismo saber localizar una respuesta en Google que entender lo que significa y
mucho menos aplicarla de forma consecuente. El formato de respuestas
memorizadas no implica Conocimiento tan solo memoria. El Conocimiento tiene
entonces la misma transitoriedad que la información, se toma y se tira, no deja
poso y eso es en sí mismo un oxímoron: si es tan insípido y tan leve no es
Conocimiento. El conocimiento es perturbador y esta perturbación es
precisamente una señal de su llegada.
El Conocimiento
es mencionado en la literatura religiosa como Revelación, lo que parece indicar
una Instantaneidad tanto en la presentación de dicho Conocimiento como en su
captación e incluso en la trascendencia que tiene para el individuo que la
vive, ya que cambia por completo su Existencia. Es un caso especial de
conocimiento, sin duda, acelerado y mágico, como corresponde a su procedencia
Divina. Además, en otra poderosa metáfora, el verdadero Conocimiento solo puede
provenir de la sabiduría del Ser Supremo.
En la mayoría
de los mortales no será este el modelo de Conocimiento más frecuente. Casi
nunca lo sentiremos como algo inesperado e instantáneo, sino como un proceso
que va teniendo culminaciones a lo largo de periodos de tiempo más o menos
largo. Debo aclarar que el conocimiento del que hablo es de aquel que llega a
formar parte de nuestro yo, del que tiene sentido vital. Será, muy
probablemente, una parte escasa del conocimiento general que adquirimos. Hay
una barbaridad de este vinculado a nuestro mundo profesional, y otra gran parte
relativo a nuestras aficiones. Pero bien sea por la obsolescencia que arrastra
a todo lo vinculado con las tecnologías, bien por cambios en nuestras
aficiones, solo una parte de esto acabará en nuestras alforjas de caminantes.
Esta
sustitución del Conocimiento, como sustento y vía de creación personal, por la
simple Información conduce a decisiones, y comportamientos, que con
independencia de haber sido, o no, meditados, carecen de sustento y tienen en general
malas consecuencias. Esto es algo que afecta incluso a los que tienen más
Información y Conocimiento, pero en estos es más frecuente que las malas
situaciones vividas por un mal uso de la Libertad se perciban como
Experiencias, que se suman al conocimiento de uno mismo, al Ser, y lo hacen
crecer, en tanto que para los que están más volcados a la Información la
perciben como Vivencia, una realidad vivida, percibida como un instante, como
un hecho casual y que no se incorpora de forma didáctica al Ser.
Las
consecuencias de este concepto erróneo de Libertad sobre las personas son
manifiestas, por la desorientación ética, por la falta de construcción del ser,
y por una deriva materialista dada la necesidad de realización de deseos. Pero
también genera una falta de proyección hacia el futuro causada por la velocidad
y lo efímero de las vivencias.
La velocidad en
el día a día lleva a la falta de reflexión y por ende a la no incorporación de
lo vivido al paquete personal de Experiencias. Pero ¿no hay aprendizaje? Claro
que lo hay, pero no es lo mismo actuar por un reflejo condicionado (‘Esto salió
mal, no lo vuelvo a repetir’) que entender cuáles fueron las causas de una mala
vivencia: si no la repetimos no es por temor irracional, sino por haber
aprendido cual fue el problema.
Cuando se
rechaza la reflexión, el hábito de recuperar sucesos y entenderlos antes de
incorporarlos a nuestra experiencia, adoptamos el más frecuente modo de
conducta refleja, basada en la aceptación por placer o en el rechazo por miedo.
El placer es propiedad del Mercado ¿adivinas quien se ha quedado con el Miedo?
Los Políticos
y Medios son los maestros en el uso del Miedo como soporte del Mensaje. Lo
hacen a sabiendas de que nuestro cerebro responderá siempre ante ese estímulo,
y punto final. Punto final porque, a diferencia del Mercado, que quiere compradores,
los Políticos no necesitan compradores, quieren gente que rechace a los
rivales, que tema al Otro, que los desprecien, que los odien si es posible.
Ya no se busca
el voto por méritos propios sino por Miedo a que gane el Otro. Sartre decía ‘El
infiernos son los otros..’ Así, es posible encontrar con bastante frecuencia
personas que apoyaran de forma sistemática a un grupo político, aunque
abiertamente reconozcan la incompetencia, la inmoralidad o la corrupción de los
líderes de dicho partido. Este tipo de votante, fuera de toda ética, contribuye
tanto como sus indeseables líderes en el mantenimiento de sistemas injustos y
que condenan a toda una sociedad a un estado de tensión, de indignación o, por
cansancio, a una pura inacción que lleva al desmoronamiento de la estructura
social, al paro, al hambre, a la delincuencia y a la aparición de grupos
extremistas que resolverán de forma violenta ese estado de insatisfacción
generalizada, mediante conflictos que pueden ir desde huelgas y desmanes callejeros,
hasta la propia guerra civil. Y todo por mantener en el poder a inútiles o
antisociales líderes.
Dos apuntes
sobre el Otro y los Partidos políticos.
Mi propia
visión del Otro y la Otredad, están basados en múltiples lecturas y asumo en
general la visión que S. Baunman o Byung Chul Han, muestran (a través de gran
cantidad de citas de diversos autores) en sus escritos. Es todo lo Diferente,
lo que esta fuera del Yo y con frecuencia mi Complementario. No es solo lo que
tiene que ver con el Extraño, con las castas, con las culturas, ni implica
necesariamente rechazo, por el contrario puede resultar atractivo y fascinante.
En otros
escritos entraré en cómo la corriente de Modernidad Positivista pretende la
transformación del Otro en pura Igualdad, por la vía incorrecta del
Igualitarismo y de la destrucción de las propias culturas como una forma de
llegar, en absoluto al Amor, tan solo al Narcisismo. La Igualdad positivista no
acepta la Diversidad, que le viene grande intelectualmente y pretende
sustituirla por una decepcionante y aplanadora monotonía de ideas, lo que se
conoce como Pensamiento Único. Dicen amar al Otro pero siempre que sea Igual
que Yo. Narcisismo puro. Ciertos aspectos de la expansión de la Homosexualidad
en esta época pueden vincularse a este gran momento del Narcisismo.
Esta cita me
parece muy interesante (diccionario de conceptos online)
‘¿Qué es otredad?
La
otredad es no
percibir al otro como igual, sino como alguien diferente, que
no forma parte de nuestra comunidad. Implica la
diferenciación de que el otro no es igual a nosotros, pero no se relaciona con
algo negativo.
La
otredad no implica
que el otro deba ser discriminado, sino
que es la capacidad de respetar, reconocer y poder vivir armoniosamente con
esta diversidad.
Esto da la dimensión de que cada persona es única e irrepetible en el universo.
Este
concepto se puede ver en la sociología, antropología
y en la filosofía, así como
también en otras ciencias.
El distinguir al otro como diferente a uno mismo, es decir como alguien externo
a nuestro ámbito. Esto no quiere decir que el otro debe ser discriminado o
dejado de lado, sino todo lo contrario, es un concepto que acepta la diversidad y conlleva
una convivencia entre las
partes.
En cuanto a
los Partidos políticos y su empleo del Miedo me centraré solo en los modelos
democráticos españoles.
Un partido
político es una institución de ámbito privado, creada con el objetivo de
alcanzar el Poder en diversos ámbitos del País o del Estado. Desde lo Municipal
hasta lo Nacional o Internacional. Es creado con aportaciones privadas y se
acoge a reglas de funcionamiento interno propias y de acatamiento a la Jurisdicción
nacional (Constitución o leyes específicas) para su reconocimiento legal y
poder concurrir a elecciones.
O sea, no es
una institución benéfica, ni se debe al servicio de la sociedad, ni es
altruista, ni filantrópica, ni mucho menos. Es un ente que busca el dominio
sobre la Sociedad y que opera como una Unidad de Combate contra los demás
Partidos. Su objetivo en este sentido es quedar siempre por encima de los demás
o directamente tratar de destruirlos o dejarlos dañados en su imagen pública.
Este es su modo de actuación.
Como vemos la
sociedad aparece como un ente a dominar, mediante fases que van desde la
influencia inicial, hasta el control y por último la imposición del plan
político en todas la áreas de la vida social: las clases permitidas, las
privilegiadas, el modelo económico, las instituciones, el pensamiento aceptado,
et...
Un partido no
tiene por qué contar con la Sociedad en la elaboración de estrategias, para eso
tiene sus socios (y voy a dejar esta palabra porque realmente es un Negocio),
estrategias que se dividen entre el ataque continuado a sus rivales políticos,
y los sistemas de distracción y control sobre la sociedad. La discutible
democracia interna de los Partidos hace que sea una mera ilusión pensar que los
planteamientos sociales llegan a formar parte de las propuestas conocidas como
programa electoral.
¿Cómo puede un
ciudadano no afiliado llegar a sentirse parte en cuerpo y alma de estas tribus
de estafadores? Dejando aparte la posible relación directa con personas
adscritas al partido, lo más común es que su ‘filia’ se logré a través del
segundo elemento distribuidor de basura y Miedo: los Medios. Aquí debo hacer
una reserva respecto a los profesionales de dichos medios, muchos de ellos
brillantes, lucidos en su planteamiento y justos en la medida en que sus análisis
pueden incluir una sana dosis de crítica.
Mi duro
planteamiento va contra los entes empresariales que son realmente estos Medios.
Machacones, siempre pendientes de la paja en el ojo ajeno, colaboradores
infatigables en todo tipo de campañas de infamia, de desprestigio, asumiendo
sin parar el papel de jueces y de maestros de la ‘Verdad única’. Mucho más
presentes en la radio, o en la multimedia: TV e internet, llegan a ser para
muchos ciudadanos una autentica droga que deben consumir a diario para sentir
como crece la bilis, como se arma nuestro brazo de poder contra los malvados,
siempre los Otros. Acríticos, agresivos, falsos, corruptos, desfasados,
evocando siempre pasados más que olvidables, no son más que el ruido que aturde
y confunde día a día. Omnipresentes, soberbios, maleducados, zafios, ignorantes
o peor aún necios, expanden de forma exagerada mensajes de miseria y
corruptelas, hasta el punto de difundir la imagen de una Sociedad siempre al
borde del desastre si no estamos en el lado bueno.
Ese mismo
ciudadano que los sigue ¿acaso no vive en una Sociedad que demuestra día a día
su capacidad de convivencia, su responsabilidad, su solidaridad? ¿Acaso vive en
su trabajo el tamaño desorden que pregonan estos voceros del Apocalipsis? ¿Acaso
en la calle, en los centros comerciales, en las plazas encuentran sin parar
ejemplos que avalen, siquiera en un mínimo sus afirmaciones de injusticia, de
opresión, de desigualdad, de odio? Es difícil que lo hallen, porque nuestra
sociedad es una de la más abiertas, progresistas y solidarias del mundo. Ese
mundo de odios y fricciones que ellos proclaman solo es un intento de llevar el
inmoral, y antiético juego de los Partidos a la calle, a ocupar el lenguaje
social y a sustituirlo por el contundente, sectario y vacío lenguaje político.
Y de esto se trata: esta sustitución es intencionada y necesaria para que el
lenguaje social desaparezca, para que lo que tiene sentido en nuestras vidas
solo sean reflejos de sus miedos y ambiciones. Un lenguaje, vacío, bronco que
habla de individuos sin ética, con contenidos las más de las veces
indemostrable: ‘Usted vive en una sociedad corrupta, rodeado de personas que le
odian y solo yo le muestro la verdad’
Usted no es
ese personaje, y si se siente representado por ellos, reflexione, algo no va
bien ni en usted ni en su precepción del mundo. Porque el poder de ellos no
emana de ellos, emana del seguimiento que usted práctica, porque ellos como
personas son nada, no son de esta Sociedad, y probablemente, tampoco de este
mundo.
Hable con sus
vecinos, con los que comparte su vida, sus esperanzas, sus necesidades y
emociones. Ellos saben de lo que hablamos, porque ellos son su Sociedad, su
Mundo.
Desde el
concepto de Libertad interior, su conexión con la Inteligencia y el
Conocimiento, pasando por la deriva Ética que supone la aceptación de la falsa
Libertad hemos llegado al efecto social que supone la actuación condicionada al
mensaje de Deseo-Placer que nos empuja al Consumismo, y al del Miedo al Otro,
soportado por Políticos y Medios y a las desastrosas consecuencias que
conlleva.
Sí, es solo
una posibilidad pero mi intención no es ser profeta sino poner un nuevo punto
de vista, un análisis diferente, al alcance de quien pueda asimilarlo y actuar
en consecuencia.
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